La ciudad de Cascante fue un antiguo poblado fortificado celtibérico (Kaiskata), siglos II-I a.C., que se convirtió en un importante enclave romano (Cascantum) en el siglo I a.C. Es citada por autores romanos como Ptolomeo, Plinio y Tito Livio, y en el Itinerario de Antonino aparece como una de las mansiones de la Vía de Italia in Hispania, calzada que comunicaba Tarraco (Tarragona) con Asturica Augusta (Astorga, León).
Kaiskata, oppida celtibérico que acuñó moneda en el siglo II a.C., se convirtió en Cascantum en los últimos años del siglo I a.C. tras la concesión de la municipalidad (Cascantum se convirtió en un municipio, ciudad, con derecho latino) por el emperador César Augusto. La concesión de este derecho hizo que durante el reinado del emperador Tiberio (14-37 d. C.) Cascantum acuñase monedas de bronce (ases y semises).
La concesión de estos privilegios por parte de Roma sigue figurando en el actual escudo de la ciudad: “CIVITAS CASCANTUM MUNICIPIUM ROMANORUM”